fundadores


Estamos en el año 1858. La Universidad de Bonn organiza un concurso de Matemáticas y, entre todos los participantes sólo uno consigue solucionar el problema más difícil. Es Arnoldo Janssen, un joven de 21 años, hijo de una familia sencilla de campesinos, natural de Goch (Alemania).Muy pronto le ofrecen la plaza de profesor, lo que le daría fama y un futuro sin problemas. Pero, para sorpresa de todos, el joven no acepta la invitación. Veinticinco años más tarde, el joven de Goch, se encuentra al frente de una obra de dimensiones mundiales. Todo empieza en Steyl, una pequeña población holandesa.

San Arnoldo
San Arnoldo

Arnoldo Janssen nace el 15 de noviembre de 1837 en Goch (Alemania) en el seno de una familia sencilla y profundamente cristiana. En el hogar familiar Arnoldo aprende la fe, el coraje, el sentido de obediencia y del deber y el amor por las misiones.
Con la ayuda de su párroco, Arnoldo puede estudiar. A los 21 años termina su Licenciatura en Matemáticas, en la Universidad de Bonn. Siente la llamada de Dios al sacerdocio y abandona su profesión docente para ingresar en el seminario mayor de la diócesis. Tres años más tarde es ordenado sacerdote. Además de impartir clases de Matemáticas y Ciencias Naturales en el Liceo de Bocholt, ayuda al párroco los fines de semana. Se dedica a actividades pastorales y caritativas (visitar los enfermos, celebrar la Eucaristía en la prisión…). Su vida transcurre serena y tranquila pero, su espíritu de oración y devoción al Sagrado Corazón de Jesús le impulsan a elaborar una revista “Pequeño Mensajero del Corazón de Jesús” a través de la cual intenta suscitar el interés por las misiones de la Iglesia.
A partir del año 1867 toma contacto con el Apostolado de la Oración y debido a la intensidad de su trabajo en la escuela y en la divulgación del Movimiento, Arnoldo se ve obligado a hacer una opción. Con 36 años abandona una vez más la seguridad de su carrera de profesor y se dedica totalmente al Apostolado de la Oración, trabajando así, por la unidad de los cristianos separados. Intenta despertar en los fieles el interés por el movimiento ecuménico.

Todos le dan la espalda ya que en su tiempo predominaba el espíritu nacionalista. Junto a esto surge la persecución de la Iglesia encabezada por Bismarck, lo que va en contra de todas las esperanzas de unidad de los cristianos. Arnoldo no se deja vencer y se decide a apostar por otro objetivo apostólico: las misiones.
Ve, con pena, que en otros muchos países de Europa se multiplican las iniciativas a favor de las misiones mientras que en su patria aún no existía ningún instituto misionero. ¿Cómo podría Alemania permanecer indiferente a una de las tareas más importantes de la Iglesia? Este pensamiento no le deja descansar… Pero, ¿cómo podrá responder a esta inquietud, cuando la situación económica y política es totalmente desfavorable? Arnoldo reza y no se encierra en su mundo sino que se abre al riesgo buscando cumplir lo que Dios quiere de él.

Fundador de la Congregación del Verbo Divino

El reacio Arnoldo Janssen fue viendo cada vez más claro que el Señor le llamaba a él mismo a tomar en sus manos esta difícil iniciativa. Una vez que reconoció que era la voluntad de Dios se dedicó con alma y corazón a este proyecto. La mayor parte de sus contemporáneos pensaban que el momento no fuese oportuno. Muchos, incluso, no veían en él a la persona indicada, pero su confianza en Dios le ayudó a resistir las ironías y los comentarios negativos que sobre él circulaban.

No obstante las condiciones poco favorables en Alemania, obtuvo el apoyo de muchos obispos. Comenzó a recoger fondos y a buscar un lugar adecuado. Debido a la situación política en Alemania, compró una casa al otro lado de la frontera, en Steyl, Holanda. El 8 de septiembre de 1875 es considerada la fecha oficial del comienzo de la obra.

Las condiciones de vida eran humildes, pero, estaba en marcha la preparación de sacerdotes para la tarea misionera. El 2 de marzo de 1879, tres años y medio después, enviaba los dos primeros misioneros a China. Uno de ellos era José Freinademetz que fue beatificado en 1975 junto con Arnoldo Janssen.

El número de los estudiantes crecía de año en año y fue necesario construir nuevos edificios. Las publicaciones de Steyl sirvieron para atraer vocaciones y, al mismo tiempo, para hallar los fondos necesarios. En enero de 1876 Arnoldo Janssen abrió su propia imprenta. Al igual que las otras iniciativas, también esta se desarrolló rápidamente y, gracias a la buena preparación de los Hermanos, muy pronto se hizo famosa por la calidad de los trabajos.

No todos los que llamaban a las puertas de Steyl con el deseo de dedicar su vida al servicio misionero querían ser sacerdotes. Deseaban ayudar a las misiones con su trabajo. Arnoldo Janssen los recibió con mil amores, si bien esto no entraba en sus planes originales. Así nació y creció la rama de los Hermanos. Dándoles una buena preparación técnica y comercial, y introduciéndolos en posiciones importantes, contribuyó a crear un nuevo estilo de Hermano. Con su trabajo de excelente calidad y con su espíritu de oración contribuyeron en forma eficaz al desarrollo del Instituto Misionero y al trabajo material y espiritual en las misiones. En este, como en otros campos, estaba dispuesto a abrir nuevos caminos, nunca antes intentados, una vez convencido que el Señor lo empujaba en esa dirección.
En el primer Capítulo General del año 1885, la comunidad se constituyó como Congregación religiosa, compuesta por sacerdotes y hermanos, con el nombre de «Sociedad del Verbo Divino» (SVD), con la finalidad de difundir el Evangelio, especialmente entre los pueblos no cristianos. El P. Janssen fue elegido primer Superior General.

Arnoldo Janssen descubre también cuan importante sería la labor de la mujer en la evangelización. De momento prefiere esperar, pero no descarta la fundación de una Congregación misionera femenina. Al mismo tiempo los Misioneros de la Sociedad del Verbo Divino piden con insistencia Hermanas para el trabajo con las mujeres en la China.

Helena Stollenwerk
Helena Stollenwerk

Mientras tanto la inquietud misionera había surgido en el corazón de una joven sencilla que vivía en el pequeño pueblo de Rollesbroich diócesis de Aquisgrán. Su nombre: Helena Stollenwerk.

La familia Stollenwerk vive con fe la vida laboriosa de cada día y trata de superar las dificultades con la confianza puesta en Dios. Con respecto a Helena se la ve continuamente preocupada por los pobres, los enfermos y los moribundos de su pueblo. Helena posee un gran conocimiento de la misión universal de la Iglesia a través de las revistas de la Infancia Misionera y, en su interior, desea ardientemente ser misionera, pero encontrar una Congregación femenina era prácticamente imposible en la Alemania de su tiempo.
Después de haberse enfrentado a diversas dificultades, incluso la oposición frontal de su párroco, Helena no desiste y en marzo de 1882, al enterarse de la obra misionera de Steyl, se pone en contacto con el Padre Arnoldo.
Es verdad que Arnoldo estaba pensando en la posibilidad de fundar una Congregación Misionera femenina pero no había nada seguro. De momento, únicamente podría aceptar a Helena como empleada de la Casa Misional. Al comienzo, Helena encuentra una fuerte resistencia por parte de sus padres, sin embargo, debido a su tenaz insistencia, consigue su deseo.
En diciembre de 1883 Helena viaja a Steyl y se ofrece para trabajar en la cocina del seminario misional hasta que pudiera configurarse un instituto de Hermanas Misioneras.

En febrero de 1884, Arnoldo Janssen, admite a otra joven como empleada: Hendrina Stenmanns.

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Hendrina Stenmanns, natural de Issum (Bajo Rhin – Alemania), es la mayor de siete hermanos. Desde niña vive una fe profunda y su vida está marcada por la sencillez y compasión hacia los que la rodean, especialmente a los enfermos, pobres y moribundos. También su deseo de consagrarse al Señor en la Vida Religiosa es algo que la caracteriza desde su infancia. Sin embargo, debido a la situación política de Alemania se le cierran los horizontes.
Esta situación se agrava cuando, a los 26 años, en el lecho de muerte de su madre se compromete a cuidar de su padre y de sus siete hermanos. Su deseo más profundo queda postergado, pero ella lo asume sin amargura. La tónica que la caracterizará siempre es: “Hágase tu voluntad, Señor. No entiendo nada, pero sea lo que Tú quieras”. Esta actitud le ayuda a olvidarse de sí misma y a desarrollar sus dotes naturales.

Hendrina entra en contacto con la Casa Misional por medio de un joven de su pueblo que desea ser misionero, Lamberto, y al que ella le paga sus estudios. En una visita que le hace se encuentra con dos chicas jóvenes, como ella, trabajando en la cocina de la Casa Misional de Steyl. También ellas desean ser misioneras y esperan que Arnoldo Janssen descubra la voluntad de Dios para fundar una Congregación femenina, tan necesaria para las exigencias de la misión.
Este hecho despierta en Hendrina una nueva esperanza. Después de unos meses de reflexión y oración, la joven escribe al padre Arnoldo expresándole su deseo de ser misionera y le pide que la acepte como empleada.
Hendrina tiene 32 años, y su hermana puede sustituirla en las responsabilidades familiares. Así, el 12 de febrero de 1884 llega a la Casa Misional y, junto con Helena Stollenwerk y Teresa Sike, empieza una nueva vida de búsqueda de la voluntad de Dios. Entre el trabajo, el tiempo de oración y silencio se pasan los días y los años.
Arnoldo tarda en ver clara la voluntad de Dios y la larga espera las consume más que el trabajo o la vida austera que llevan.
Por fin en 1888 las jóvenes ven con gozo que sus esperanzas e ilusiones pronto serán una realidad. En julio de este año cuatro jóvenes pasan a habitar una casa vieja y pobre, pero más espaciosa que la anterior. Arnoldo Janssen les dice para darles ánimo: “Esto es el comienzo de la fundación”. En octubre y noviembre llegan otras dos jóvenes.

En el verano de 1889 surge el impulso definitivo para la fundación de las Hermanas Misioneras: tiene lugar el envío de los sacerdotes misioneros a Argentina y se abre también para las Hermanas un campo de acción en territorio de ultramar. Aquel gran país acoge inmigrantes de todas las nacionalidades de la vieja Europa. Los Misioneros del Verbo Divino estaban ya en China desde 1882 y esto acrecentaba en Helena la posibilidad de ir allí como misionera. Este deseo no se pudo cumplir debido a la situación política demasiado insegura.

Arnoldo Janssen, convencido de la importancia pastoral de las mujeres que trabajaban codo con codo con los misioneros, el 8 de diciembre de 1889 fundó una Congregación misionera con el nombre de «Siervas del Espíritu Santo». En 1895 envía las primeras Hermanas al extranjero, concretamente a la Argentina. Muy pronto se descubrió su importancia en todas las misiones donde ya trabajaban los sacerdotes y los Hermanos del Verbo Divino.

En 1896 el P. Janssen eligió un grupo de Hermanas para la vida en clausura y las llamó «Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua». Ante la adoración del Santísimo Sacramento debían rezar, literalmente, día y noche por la Iglesia y especialmente por las dos Congregaciones misioneras de Steyl.

La familia de Steyl iba creciendo y sus miembros partían hacia otros continentes llevando la Buena Nueva a todos los pueblos. Así, a la muerte de los Fundadores (Helena Stollenwerk (1900), Hendrina Stenmanns (1903) y Arnoldo Janssen (1909).) las tres Congregaciones estaban ya presentes en diferentes países de los cinco continentes.
Hoy, las Misioneras Siervas del Espíritu Santo son cerca de 3700
Hermanas y ejercen su labor misionera en 40 países del mundo.
En medio de un mundo desgarrado por las injusticias y la desunión tratan de dar testimonio de solidaridad y unión que vincule a los hombre entre sí y les haga experimentar desde ya la presencia del Reino de Dios.

BEATIFICACIÓN DE NUESTRA COFUNDADORA Mª HELENA STOLLENWERK

El 6 de mayo de 1995 vivimos con gozo la beatificación de nuestra Cofundadora Mª Helena Stollenwerk.
Este acontecimiento hizo posible que desde los cinco continentes nos reuniéramos en Roma Hermanas de todas las razas y culturas donde está presente la Congregación. Sentimos y vivimos los lazos de la fraternidad: – “unidas en la diversidad” -, de una manera muy intensa.
De España, nos acompañaron con enorme ilusión y sentida fraternidad (según sus propias palabras) la mayoría de nuestros profesores y algunas familias del Colegio. Las mujeres ataviadas con la belleza de la mantilla española pusieron una nota de simpatía y elegancia.

Al día siguiente de la beatificación, en una Eucaristía concelebrada en la Basílica de San Pedro todas las Misioneras Siervas del Espíritu Santo y las de la Adoración Perpetua, así como varios misioneros del Verbo Divino elevamos nuestro corazón agradecido al Señor y cantamos las maravillas que hizo en nuestra Madre Fundadora.

ARNOLDO JANSSEN, presbítero, fundador de la Sociedad del Verbo Divino, de la Congregación de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo y de la Congregación de las Hermanas Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua y JOSÉ FREINADEMETZ, presbítero, de la Sociedad del Verbo Divino fueron Canonizados el 5 de Octubre de 2003.

HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN EN ESPAÑA

Hermanas Predicanda y Anagracia
Hermanas Predicanda y Anagracia

Llegada a España

Era el año 1951. Empiezan a darse los primeros pasos para la fundación en España. Hay una invitación del Sr. Obispo de Astorga, D. Jesús Mérida Pérez a las Hermanas para que vengan a su Diócesis, en concreto a Ponferrada. En ese tiempo Ponferrada está creciendo cada vez más por la industria que en ella se establece. La presencia de religiosas se ve necesaria en esta ciudad.
¿Por qué viene a España una Congregación Misionera? La respuesta es bien sencilla. En este tiempo España es un semillero de vocaciones religiosas y misioneras. Sabiendo que “la mies es mucha y los obreros pocos” las Hermanas vienen con la confianza y la esperanza de que la Congregación pueda tener pronto misioneras españolas que anuncien la Buena Nueva en cualquier parte del mundo donde la Congregación está presente.

12 de Septiembre de 1951
Las Hermanas Praedicanda Galluscke (alemana) y la Hna. Anagracia Jacob (argentina) llegan a Ponferrada, acompañadas por el Padre Jacob, misionero del Verbo Divino. En estas fechas la Ciudad celebra la fiesta de su Patrona, la Virgen de la Encina, a cuya protección encomiendan la nueva fundación.
El párroco del Santuario D. Antonio Valcárcel les ofrece una vivienda situada al lado del templo parroquial. Dicha casa llevaba 14 años sin habitar y por consiguiente estaba bastante deteriorada. Fue necesario hacer obra. Mientras tanto el Párroco y las Hermanas de la Consolación les ofrecieron generosamente una habitación en el Hospital de la Reina. A finales de septiembre las Hermanas pudieron ocupar la primera casa al lado del Santuario de la Virgen de la Encina.

El 5 de noviembre de este año se incorporan dos Hemanas más, también de Argentina: La Hna Benjamina Paul y la Hna Catarinia Ostertag.
Su primer trabajo es el cuidado de enfermos a domicilio, servicio que hacen con dedicación y cariño. Este trabajo además de aportarle una ayuda económica les sirve para que los habitantes de Ponferrada las conozcan. De hecho, en muy poco tiempo, las suscripciones para ayudarles aumentaron considerablemente.

 

Con la mirada puesta en el objetivo que las ha traído a España, comienzan a buscar un terreno donde edificar una casa propia para acoger a jóvenes con vocación religiosa.
En diciembre de 1952 se hace el contrato oficial para la adquisición del solar en un terreno irregular y desnivelado, situado en la calle General Mola, 64 (hoy Avenida de Compostilla, 84).

El 9 de marzo de 1952 da comienzo la construcción de la casa. El edificio (planta baja) se construye con rapidez, de tal manera que el 27 de agosto de 1953, las Hermanas se trasladan a la que ya es su casa definitivamente.

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La Comunidad va en aumento: son ya 5 Hermanas.
El 31 de agosto tiene lugar la bendición del edificio. El párroco de San Pedro, D. Jesús Cordero, celebra la Eucaristía en la capilla. Es un día de especial gozo y agradecimiento al Señor, que las ha acompañado a lo largo de estos años, a veces, nada fáciles.
Surgen las primeras vocaciones
15 de Septiembre de 1953: Un día muy especial
Justamente a los dos años de la presencia de las Hermanas en Ponferrada, llegan las primeras vocaciones, dos jóvenes: una de ellas, Eloína Llamas, misionera en Argentina desde el año 1962.
En 1954 aumentan las vocaciones y se incorporan a la Comunidad dos Hermanas más: la Hna. Elisa Julia y la Hna. Dulcidia. La Hna. Elisa Julia se hace cargo de la formación de las aspirantes.
Tanto las Hermanas como las aspirantes combinan el estudio con el trabajo. En la convivencia se producen situaciones muy divertidas debido a expresiones propias de Argentina que las aspirantes no conocen o expresiones y costumbres españolas desconocidas para las Hermanas.
La casa se va quedando pequeña al aumentar la Comunidad de Hermanas y aspirantes y es necesario seguir construyendo. En 1954 da comienzo la construcción de tres pisos más.

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Las Hermanas tienen la suerte de tener muy cerca la casa de los Jesuitas y la Escuela de Maestría. Los Padres Jesuitas les prestan en todo momento una gran ayuda en el campo espiritual y de formación.
Además de las vocaciones, objetivo primordial por el cual se vino a España, las Hermanas consideraron una labor muy importante la Educación, de los niños, adolescentes y jóvenes de Ponferrada. En Octubre de 1955 el Sr. Obispo D. Jesús Mérida concede el permiso para abrir el Colegio.
1 de octubre de 1956. Se inaugura el Colegio con el nombre significativo de “Colegio Espíritu Santo” . Al acto de inauguración asistieron padres y los futuros alumnos.
El Colegio se abre con tres cursos: dos de Jardín de Infancia (Párvulos) y un curso de Primaria.
Al frente están la Hna. Maríapacis (argentina) y la Hna. Solinde (austríaca) en el Jardín de Infancia y la Hna. Elisa Julia en Primaria. La directora, Hna. Liobalde (alemana).
Para los padres y alumnos/as la enseñanza resultaba novedosa, ya que el método y el material didáctico, traído del Consulado Alemán, era distinto al empleado hasta el momento en las Escuelas de España.
Conviene señalar que el Jardín de Infancia fue pionero por su metodología activa, a través del juego y el desarrollo de todas las capacidades del niño, que le preparan para adquirir las destrezas necesarias para aprender a leer y a escribir.

En 1958 Se incorporan a la Comunidad nuevos miembros de España y otros países, y se afianza una Comunidad Internacional caracterizada por la riqueza de diversas culturas. Esto se transmite también al exterior, especialmente a los alumnos del Colegio, que en muchas ocasiones lo comentan como algo que los ha marcado en el sentido más positivo, y disfrutan recordándolo y recordándonoslo en sus visitas a la Comunidad.
Como ya se ha dicho anteriormente, el Colegio tuvo un comienzo sencillo y con pocos alumnos, pero aumentaron considerablemente en muy poco tiempo.

Actualmente el Colegio Espíritu Santo ofrece Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria.
El Colegio es una respuesta social al derecho que tiene toda persona a la educación. Son objetivos prioritarios de la acción educativa desarrollar integral y armónicamente todas las capacidades del educando, formándolo en el respeto a los derechos y libertades fundamentales y prepararlo para participar activa y críticamente en la vida social y cultural.
El Colegio inserta su acción en la realidad cultural, costumbres y tradiciones de la zona en la que está ubicado. Favorece que las familias llegadas de otros lugares y otras razas tengan ocasión de integrarse en el país sin renunciar a su propia cultura.
El Colegio no puede olvidar tampoco la dimensión transcendental y fraternal del hombre por eso imparte una educación cristiana dentro del espíritu misionero de la Congregación.
La acción educativa del Colegio alcanza a unos 600 alumnos (en doble línea).

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