En muchos hogares, ver series se ha convertido en una forma de desconectar, reír, emocionarse… y compartir momentos. Pero también sabemos que, cuando se consumen a altas horas de la noche —especialmente en solitario y desde la habitación— pueden afectar al descanso, al rendimiento escolar y al bienestar emocional de nuestros adolescentes.
No se trata de prohibir, sino de acompañar con cariño y sentido común. Aquí van algunas ideas para fomentar un uso más saludable:
- Ver series en familia: elegir juntos una serie para disfrutar en el salón puede convertirse en un ritual bonito. Además de compartir tiempo, se abre la puerta a conversar sobre lo que vemos, reírnos juntos y fortalecer vínculos.
- Horarios razonables: establecer un “tope” para las pantallas por la noche ayuda a proteger el descanso. Si los dispositivos se apagan a una hora pactada, el cuerpo y la mente lo agradecen.
- Fuera de la habitación: mantener móviles, tabletas, televisores y portátiles fuera del dormitorio por la noche es una medida sencilla pero muy eficaz. El dormitorio debe ser un espacio para descansar, no para seguir conectado.
- Dar ejemplo: los adultos también podemos revisar nuestros hábitos. Si nosotros apagamos antes las pantallas, será más fácil que nuestros hijos lo hagan también.
Sabemos que cada familia tiene sus ritmos y circunstancias. Por eso, más que imponer, proponemos acompañar, conversar y construir acuerdos. Porque educar en el uso responsable de las pantallas no es una batalla, sino un camino compartido.
Y en ese camino, el descanso también merece su espacio.

