En la vida cotidiana, los dispositivos móviles y las tabletas se han convertido en herramientas habituales para aprender, comunicarnos y entretenernos. Sin embargo su presencia constante puede generar dudas en las familias: ¿cómo acompañar a nuestros hijos e un uso equilibrado y saludable?

La respuesta no está en prohibir, sino en acompañar con ejemplo y empatía. Aquí dejamos algunas claves sencillas:

HORARIOS CLAROS: establecer momentos concretos para usar los dispositivos ayuda a vuestros hijos a comprender que no todo el tiempo es “pantalla”. Igual que hay tiempo para jugar, estudiar o descansar, también lo hay para la tecnología.

ESPACIOS COMUNES: utilizar móviles y tabletas en lugares compartidos (salón, comedor….) favorece la transparencia y la confianza. Además, evita el aislamiento y permite que los padres estén presentes.

USO ACOMPAÑADO: cuando los padres también hacen uso de sus dispositivos en este momento se transmite un mensaje poderoso: la tecnología puede ser útil y divertida, pero siempre bajo un marco de responsabilidad.

El objetivo no es controlar, sino enseñar con el ejemplo. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Si perciben que sus padres gestionan el tiempo de pantalla con equilibrio, ellos también lo harán.

En definitiva, se trata de construir un hogar donde la tecnología sea una aliada, no una barrera. Un espacio donde los dispositivos se conviertan en una oportunidad para compartir, aprender y crecer juntos